martes, 27 de octubre de 2009

Folsom Prison Girl

Una cosa que me llama la atención: Es un patrón que he ido analizando desde hace ya algún tiempo, y que se repite entre las personas del espectro más cool del molómetro: Cuando son padres jóvenes, estas personas visten a sus retoños como l@s muñec@s con los que jugaban de pequeños. Hay que reconocer que aplaudo su buen gusto. No hay nada más deprimente que un niño de tres años con una camiseta de John Cena dos tallas mayor, o su equivalente femenino vistiendo una sudadera de Hanna Montana o la sustituta de turno. Pero volviendo al lado psicológico del asunto, la cuestión es inquietante. ¿Intentan estas personas recrear su infancia a través de sus hijos? ¿Se ven reflejados en ellos? ¿Se estarán empezando a ver mayores y practican una especie de regresión/sublimación enfocada en los pequeños? No lo sé. Pero escúchenme, padres modernillos: Si no se andan con cuidado, terminarán por peinar a sus hijos con la púas finas de un peine de carey, por hacerles llevar los libros de texto atados de una correa de cuero y por obligarles a ir al colegio montados en una Orbea de paseo con una cestita en el manillar, mientras sus compañeros de clase se relamen, con un compás afilado en una mano y un teléfono móvil con cámara de última generación en la otra.

Nadie se reiría nunca de los torneados brazos tatuados de la madre de una niña vestida como tu abuela.

domingo, 18 de octubre de 2009

Fresas

Hace no mucho tiempo, cuando pasaba mis tardes como jefe de producción de un Workcenter en el barrio de Salamanca, descubrí que en el mundo de los pijos, como en todo, hay clases y clases. En la cima del marcado sistema piramidal darwiniano que es la alta burguesía hispanohablante encontramos, pese a quien le pese, al más fascinante ejemplar de pijo del planeta. El llamado "fresa" mejicano está a medio camino entre el preppie estadounidense y el pijazo español de toda la vida, pero es infinitamente más clasista, desenvuelto y encantador que cualquiera de los anteriores. Creedme o no, pero juro por estos ojitos que la escena dibujada arriba fue presenciada por mí en mi puesto de trabajo (con algunos matices; la chica hablaba por el móvil con su padre y le pedía más dinero para terminar el mes "porque se le había ido la mitad en chuches". Las chuches, supongo, a sus pies; metidas en bolsas de las principales boutiques de Serrano). Arrebatador.







¿Quién quiere una noche en blanco cuando puedes pasar una vida en blanco?

lunes, 12 de octubre de 2009

Los Bicivoladores del infierno

Comienzan a proliferar las bicis en la Capital. Yo estoy convencido de que apostar por la bicicleta es una de las pocas soluciones pragmáticas para crear un mundo mejor, y por ello aplaudo cualquier iniciativa personal o pública para fomentar el uso de este vehículo. Por ello, prometo no reirme de las bicicletas plegables, ni de las de tres ruedas, ni de las chopper que llevan los dominicanos en Bravo Murillo, ni de las de inspiración rockabilly que suben y bajan por Fuencarral, ni de ninguna desviación inútil del simple concepto que engloba cualquier medio de locomoción propulsado por un una rueda a la que se aplica una rotación continua a través de una cadena accionada por una catalina unida a dos pedales.











No vuelvo a dibujar una bicicleta en mi vida!!!!!

viernes, 2 de octubre de 2009

Yo

En la Biblia sale eso de la paja en el ojo ajeno, o algo así. Yo soy un gran seguidor de esta cita, y sabía que tarde o temprano acabaría dibujándome todo mongolo.Y como hablar de uno mismo está muy feo os dejo con el dibujo, que habla por sí solo.





















Sí, amigos... Yo soy este capullo.