jueves, 5 de noviembre de 2009

Fashionistas

Gran Vía en otoño está bien. Durante el verano, pasear entre las terrazas y las salidas de aire acondicionado del Zara o el H&M se hace bastante desagradable: la obscena colección de bermudas, hawaianas, sobacos y gomina convierte la calle en un intestino húmedo que termina en el gran culo de Plaza de España. El otoño, como digo, es otra cosa. Alguna gente que pasea por la calle mola tanto y es tan pulcra , estirada y fina, que parece que acabe de despegarse de alguna valla publicitaria.

















Cielos! Debe ser duro ser un fashionista!