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lunes, 26 de abril de 2010

Gabardinas de cuero

Una opción es que te flipe la estética de la prenda, porque te gusta The Matrix, Vin Diesel, Cradle of Filth, Mägo de Oz o Nitzer Ebb y quieres proclamarlo con orgullo. Pero en toda la Historia de la Humanidad  sólo dos personas serán recordadas por llevar gabardinas de cuero sin parecer el preservativo de un mendigo: Billy Corgan y Blade. Ni siquiera Neo fue capaz de llevar esta prenda con clase, y estamos hablando de Keanu Reeves, amigo; el tipo que le robó el protagonismo a Patrick Swayze en Le llaman Bodhi.
Otra opción es que quieras imponer respeto, disfrazándote de portero de discoteca de la mafia de los Rompecostillas; pero para que ese respeto no se diluya entre risitas tu altura debe superar ampliamente el metro ochenta y tu perímetro costillar ser superior al de un becerro de un año.
Así que si tienes ahorrados 200/300 € y estás pensando en hacerte con una gabardina de cuero, piénsatelo dos veces, hazte un viajecillo o invita a tu amigo a unas copas. El hábito no hace al monje.





Esta gabardina, al igual que una capa élfica, te vuelve invisible para el 90% de las mujeres

martes, 20 de abril de 2010

Vikingo de lana

A cualquier persona de mi generación (posiblemente una de las más inmaduras de la Historia) cualquier atisbo de retrofuturismo le pone palote. Ya está repetido hasta la saciedad y no hace falta ahondar en ello, llevamos muchos años psicoanalizando nuestro imposible retorno a la Arcadia ochentera.
El otro día en el metro vi a un tipo que era algo así como el Mesías de los peterpanes de mi quinta, y sin embargo resultaba absolutamente moderno. Me dejó tan fascinado que ganas me dieron de acercarme e invitarle a un Tigretón, por su estailo y su carisma.
Yo no sé si os pasa lo mismo, pero a mí este continuo revival de nuestra infancia me pone muy triste, y me hace pensar en miedos a la muerte y en la muerte misma y en la memoria colectiva de una generación incapaz de volver a sentirse como se sentía a las seis y media de la tarde de cualquier miércoles de 1986.







Ignoro lo que hay detrás de esas capas de lana y pana, pero quiero ser su amigo!