martes, 24 de agosto de 2010

M People

No éramos tan guapos, ni tan listos, ni tan guays, y probáblemente no nos merecíamos tantos abrazos y besos. Ni escribíamos tan bien, cantábamos tan bien o hacíamos tan buenas fotos. Tal vez dentro de algunos años, cuando estemos aburridos en casa, recordaremos con cariño aquellas noches en las que todo el mundo fingía ser nuestro mejor amigo, amante o confidente. Era todo mentira, pero hoy en día esas cosas no importan.
















8 de cada 10 personas bajo el influjo del alcohol o las drogas se escudarán en el efecto de estas para llevar a cabo lo que han deseado estando serenos.

domingo, 22 de agosto de 2010

Mi logo es más grande que el tuyo

Según un reciente y fiable estudio de una revista de ciencia australiana, el 85% de los cangrejos ermitaños aceptaría cambiar la concha en la que vive por una lata de CocaCola si con ello fuese percibido por los demás peces como una nécora o un centollo.





















Hola, eres Spam.

martes, 10 de agosto de 2010

Madres divinas

En algún post anterior ya había comentado mi especial relación con el barrio de Salamanca, el lugar más feliz de la Tierra después de Disneyworld. Cuando trabajaba allí llegué a desarrollar una teoría según la cual este es un barrio creado por y para esposas que se aburren, lo que explica el alto índice de gimnasios y tiendas de estética, nutrición y decoración que copan las esquinas más exclusivas de sus principales calles.
Uno de los fenómenos que más me llamaba, y me sigue llamando, la atención era el revuelo que se montaba en la puerta de los colegios cuando madres de estética MILF salían del gimnasio para recoger a sus niños después de clase.  Revuelo que se volvía doloroso cuando alguna supermamá sobreprotectora se acercaba, luciendo plástico, a recoger a su hijo preadolescente.
La empatía no es mi fuerte, pero juraría haber visto  expresiones de desconcierto y rubor en los rostros de esos hijos al ver a sus madres vestidas como la Sporty Spice, haciéndose las enrolladas mientras les llamaban a gritos desde el otro lado del paso de cebra.




Buenas tardes, señor psiquiatra.