lunes, 12 de septiembre de 2011

Taitantos de libro

Si hacemos caso a los anuncios de la tele, el amo del cotarro metropolitano es un señor cuya juventud juega los últimos minutos de la prórroga en un partido que todos sabemos como termina. La publicidad, que es muy lista, sabe que este tipo de señor juvenil es el target perfecto porque es el único que no te cruza la cara cuando le hablas de "laifestail", aunque no tenga dónde caerse muerto.

A mí me parece muy bonita y muy guay la forma de juventud domesticada que viven estos señores, porque es una juventud sin sobresaltos, como los nuggets de pollo. Aclaro esto porque no todo el mundo piensa como yo. Pero qué sería de este país de envidiosos sin los bonitos y muy necesarios contrastes: Estos tipos escuchan canciones de grupos que cantan sin sonrojarse sobre "echar un polvo" o "meterse unas rayas", celebrándolo como pequeñas victorias, mientras se ríen de chavales jóvenes que follan y se drogan a diario y preferirían pillarse un SIDA a acabar pareciéndose a un señor como estos.





Os lo creáis o no, en algunas culturas se considera a este tipo "un partidazo"

viernes, 2 de septiembre de 2011

Los ángeles de Ratzy

Se dice que la curia tuvo una revelación viendo las noticias: Los jóvenes tuneados salen en la tele. Y es que a los medios les gustan las cosas claras y necesitan uniformar antes de informar. Primero nos vendieron el look comepipas de un 15M que murió de falta de sentido estético. Un par de meses después, nos explicaron que los chavalillos ingleses ya no eran pelirrojos meripopinescos sino infectados con capucha extraídos de 28 días después (preparáos para ver una invasión hoodie en la MTV en los próximos meses... )

Para combatir esta insana imagen que la juventud, divino tesoro, ofrecía al mundo, la élite vaticana reclutó un ejército de mozas y mozos enfundados en brillantes colores y azúcar glas. Los armó con canciones y consignas y un erotismo de campamento perfectamente prediseñado y los lanzó a soportar el verano más torrador de Europa con la misión de mostrar cacho católico y enseñar a los indignados que se están perdiendo una gran fiesta. Y amén que se la están perdiendo: Os puedo asegurar que si hubieran exhibido más carne, a día de hoy todavía estarían saliendo por la tele.



...y  fue así como el look "jugadora de baloncesto" quedó irremediablemente unido a la iconografía cristiana.