sábado, 29 de enero de 2011

Mundo blogger

Una de las aficiones que he desarrollado este año es vagar sin rumbo por el mundo con Google Earth, hacerme consciente de las dimensiones de nuestro planeta y buscar los lugares más recónditos para explorarlos y perderme en ellos. No necesito viajar físicamente; el hecho de saber que tales lugares existen me reconforta. Desconozco el nivel de fiabilidad de Google Earth, pero soy feliz ignorándolo, y no necesito saberlo, porque en mi búsqueda de realidad, en el fondo sólo estoy huyendo de ella. También leo algunos blogs. El mundo blogger es mucho más granhermanesco que cualquier otro campo de la expresión humana. Un blogger no necesita trayectoria, coherencia o rigor para ser encumbrado rápidamente. Basta con que le lean. Ser escritor es más difícil. Ser músico o fotógrafo es más difícil. Por eso tanta gente escribe blogs. El 95% de ellos aseguran tratar de la realidad y en el fondo son sólo el traje en el que alguien se enfunda para que otros le escuchen. Su realidad está  convenientemente distorsionada.
A veces vago por blogs como lo hago por Siberia o Tierra de Fuego. Sabiendo que son artificios. Pero me tranquiliza saber que hay gente dispuesta a mentir por entretenerme, aunque sea a cambio de mi admiración. Si quisiera conocer gente interesante me iría de viaje.
La cosa va así: Te inventas un yo que mola, pierdes un rato pensando un par de frases con gancho y finges que exponerte públicamente es una necesidad de tu alma. Bendito internet.

jueves, 6 de enero de 2011

Diseñadores plastazo

Si alguno de vosotros es tan friki como yo, tendrá, o habrá tenido en su catálogo de amistades un guitarrista pajero y un diseñador plastazo. Ambos son caras de la misma moneda: La que evalúa el mundo en función de su complejidad, siendo incapaces de ver aspectos mil veces más importantes que este, como la ingenuidad o la frescura.
Y es que a través de la gafas de un diseñador plastazo, el mundo es un lugar siempre mejorable a golpe de catálogo tipográfico y texturas de Photoshop. Todo lo analiza, todo lo critica y todo lo hubiera hecho él mejor poniendo en práctica lo aprendido en el foro el día anterior. Curiosamente, las creaciones del diseñador plastazo suelen permanecer ocultas bajo siete llaves, lo que me lleva a pensar si su gran obra no será, precisamente, abrir los ojos al mundo ante la falta de talento de los demás. 

Un apunte: El merchandising con referencias  a basurilla de los ochenta sólo funciona si tú mismo pareces una basurilla de los ochenta. ¿Te imaginas a Jarvis Cocker con una camiseta de "El Trueno Azul"? Pues eso.


¿De verdad dejeríais que un tipo así os diera lecciones sobre algo?